Los más pequeños, nuestros infantiles, venían emocionados y deseosos de que les viéramos y de ver a sus compañeros.
Sería un día diferente ya que, durante unas horas, se convertirían en los personajes que admiran: Príncipes y princesas, policías, héroes y heroínas, artistas...
Estaba claro que había que compartir estos disfraces tan bonitos y tan bien llevados por nuestros niños y niñas.
Salimos a la calle.
Y la calle se llenó de colorido, ilusión y sonrisas.
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